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Siendo empresario sin ser hijo de papi

Siendo empresario sin ser hijo de papi

Empiezo diciendo que no tengo nada en contra de los hijos de papi, ¡Faltaba más! Benditos sean ellos que cuentan con los recursos económicos necesarios para emprender sin tantas dificultades. 

Por Juan Manuel Reyes Trujillo | Foto: Siendo empresario sin ser hijo de papi

Pero para la mayoría de personas que emprenden y no corren con esa suerte, las cosas resultan un poco más complicadas. Por eso escribo este blog, pues —al igual que ustedes— yo también hago parte de la inmensa mayoría: soy empresario sin ser hijo de papi.

“Juan, yo no voy a trabajar de empleada…”

Es de vital importancia que tengan claro que el emprendimiento no es para todo el mundo. No todas las personas nacieron para ser jefes o empresarios. Así como no todos nacimos para ser empleados. Los roles de la vida son fundamentales para engranar correctamente las poleas que mueven las empresas del mundo. 

Nuestra arriesgada idea —me refiero a la de EVOLUCIONA Publicidad— siempre estuvo en nuestra mente, inclusive antes de empezar la aventura por la universidad, y fue el impulso para avanzar en cada semestre de nuestras carreras.

Aún recuerdo cuando María Clara, fundadora y presidenta de Evoluciona me decía: “Juan, yo no voy a trabajar de empleada en una agencia porque allá explotan mucho a la gente y ¡tú tampoco deberías hacerlo!”. 

Al poco tiempo empecé a buscar mi primer trabajo y espero único como empleado en una agencia de publicidad. Encontrarlo fue un proceso largo y difícil. En el camino y durante una de las entrevistas tuve la suerte de cruzarme con un publicista que me sugirió leer un texto que se llamaba algo así: “Cómo conseguir tu primer trabajo en publicidad”. 

La buena sugerencia del publicista prendió las luces para poder ver que mi portafolio en ese momento no daba la talla —por no decir que estaba malísimo— para conseguir emplearme en una agencia. 

El mínimo

En aquel texto daban muy buenos consejos para poder elaborar un portafolio muy bueno y lograr impactar mucho más con ideas más ganadoras y creativas. 

Así que me puse manos a la obra, y, ¡Sí señor! ¡Conseguí mi primer y —espero— único trabajo como colaborador en una agencia! Porque, en mi caso, como María Clara ya lo había pronosticado… Bueno ustedes ya saben.  

Arranqué ganándome un salario mínimo. Obviamente yo estaba pidiendo un poco más pero como no tenía experiencia me tocó aceptar lo que me ofrecieron para poder empezar, y, sobre todo y lo más importante, aprender. Los sacrificios siempre son importantes para poder alcanzar las metas. 

En ese empleo estuve un año y medio y me sirvió no solo para darle la razón a María Clara, sino también para conocer un poco más a las agencias de publicidad en su interior. 

Me imagino que están pensando “¿y este man trabajó durante año y medio por el mínimo?” La respuesta es ¡No! Al poco tiempo de iniciar tuve la oportunidad de pedir un aumento… ¡Y me lo dieron! 

El cansancio —o mejor, el aburrimiento— llegó a la brevedad. Luego de las llegadas a casa después de las 8:00 p.m. casi todos los días e inclusive tener que trabajar algunos fines de semana, podrán imaginarse que renunciar no fue nada difícil.

Y en este preciso momento fue cuando decidí lanzarme a descubrir el mundo del emprendimiento junto a María Clara, qué obviamente celebró como Dios manda mi decisión.

En el camino te encontrarás un montón de obstáculos y desafíos que te harán pensar… ¿En serio voy a poder lograrlo?, ¿será mejor renunciar a este sueño? Y así, van surgiendo muchas dudas en el recorrido de la consolidación empresarial. 

No renunciar

Por ahí dicen: “Si eres capaz de soñarlo, eres capaz de lograrlo”. Ese es el motivo principal para no haber renunciado jamás a este sueño. 

En el transcurso de la ruta llegarán personas que de una u otra forma te ayudarán a cumplir tus sueños (colaboradores, amigos prestamistas a cero interés, mamás paga impuestos, aliados que buscarán intercambiar servicios y otros personajes que impulsarán tus ganas de emprender). Ellos me han permitido seguir siendo empresario sin ser hijo de papi.

En nuestro caso el último socio del equipo en integrarse fue Camilo, un potencializador tremendo a nivel de comunicación estratégica y creativa. 

Y ya para ir finalizando, para nosotros el verdadero reto siempre ha sido, no renunciar a pesar de los momentos difíciles, sino por el contrario: sacar toda nuestra fe y resiliencia para no dejarnos vencer jamás por obstáculos que parecen muy complicados de superar. 

Así que, si el emprendimiento es lo de ustedes, denle con toda su pasión y no se dejen vencer por los tropiezos que se encuentren en el camino. 

¡Las ganas vencen cualquier excusa!

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